La Semana Santa y la Cruz
La Semana Santa es una semana muy especial donde recordamos los pasos que hizo el Señor Jesús hasta morir en la Cruz.
La Semana Santa varía porque es antes de la Pascua. Y como la Pascua es de origen judío es lunar, pues suele pasar más o menos en marzo.
Comienza en el domingo de Ramos, donde recordamos la llegada de Jesús a Jerusalén, recibido con palmas y cánticos. Es el día en que se bendicen las palmas, el laurel o el olivo. Más tarde se queman y se usan en el miércoles de ceniza.
Hay pasos que son más legendarios que reales, como el paño de la Veronica.
Pero sí hay pasos reales, como la oración en Getsemaní. Donde se dice que tenía tanta angustia que sudó sangre. Esto está comprobado que puede ser cierto.
La última cena, que se celebró en algún lugar y en el que Jesús bendijo el pan y el vino y se ofreció a sí mismo como sacrificio para el perdón de todos nosotros.
La subida al monte, fue dolorosa. Jesús ya había sido flagelado, con un látigo de tres puntas, típico de los romanos. Luego le coronaron con una corona de espinas, que se le clavaron en la cabeza. Le desnudaron, le pusieron un manto rojo y un cetro, y se reían de él.
Estaba agotado y la cuesta debió de ser un infierno. Por eso, le pidieron a Cireneo que ayudara a llevar la cruz.
Respecto a la cruz, casi todos los teólogos y escatologos están de acuerdo en que solamente llevaba la parte horizontal de la cruz. La vertical ya estaba puesta.
Le acompañaban su madre y sus discípulos, y mucha más gente. A todo el mundo le gusta un buen espectáculo. Está en la sangre de la gente el ver padecer a animales o personas.
Le crucificaron pero no en las manos, sino en las muñecas. Uno se moría por asfixia, porque el diafragma no podía subir y bajar para respirar. Jesús estaba tan agotado que murió rápido. Para comprobarlo, le dieron un lanzazo en un costado y manó sangre y agua. Antes, pidió agua y le dieron vinagre. Cuando murió dijo: elí, elí sabaqtaní. Que quiere decir: Señor, Señor, porqué me has abandonado. La gente pensó que llamaba a Elías pero no es cierto.
También vio a su madre y a Juan. Les dijo: ahí tienes a tu madre, y ahí tienes a tu hijo
Los dos reos, que crucificaron junto a Jesús, dicen los apócrifos que eran Dimas y Gestas. Uno era malo y el otro bueno. Siempre hay un dualismo entre el bien y el mal.
Cuando murió pegó un grito y se dice que el velo del templo se desgarró y que hubo terremotos.
Más tarde, descolgaron a Jesús, lo envolvieron en lino y lo pusieron en una tumba cerrada por una losa. A los 3 días fueron las mujeres a purificarlo y vieron la tumba vacía.
Hoy los judíos creen que los propios cristianos robaron el cuerpo. Nosotros creemos que resucitó.
Pero eso va ser el tema de otro día.
Un saludo en Cristo
M. CARMEN HERRANZ GIMENO
Catequista en Valencia de la Iglesia Católica.
https://mcarmenfaura.blogspot.com/