La Antigua Iglesia Católica entrega un Premio Eclesiástico a la fiel Helen Boer
La Antigua Iglesia Católica de Holanda hizo entrega de un Premio a Helen Boer-O’Neill que estuvo comprometida con su comunidad parroquial en Gouda durante casi cuarenta años.
El domingo pasado recibió el icono de San Willibrord, apóstol de los Países Bajos, acompañado del certificado del Arzobispo Veterocatólico de Holanda Monseñor Bernd Wallet. Con este ícono, el Collegiate Board ocasionalmente reconoce a un creyente que ha estado particularmente involucrado durante mucho tiempo.
Marianne van der Veer-Wolff entregó flores en nombre de la parroquia y explicó cómo la parroquia siempre ha podido visitar a Helen desde 1994. A veces se trataba de una solicitud para convertirse en miembro de la junta directiva de la iglesia o del sínodo, a menudo para tareas más pequeñas en segundo plano, pero ella siempre se comprometía con alegría. Helen participó en muchas actividades sociales y sustantivas en la parroquia de Gouda y sus alrededores. También fue durante mucho tiempo miembro de la junta directiva de la asociación nacional de mujeres. Helen tuvo una visible tarea local como una de las dos conferenciantes que participaron en las celebraciones en la iglesia parroquial y en una residencia de ancianos en Gouda.
Además de todas estas tareas administrativas, se le agradeció su esfuerzo, lealtad e implicación en su parroquia, conduciendo a la parroquia a los feligreses ancianos todos los domingos, presente en los días de limpieza y limpieza y como anfitriona en el alquiler y apertura del edificio de la iglesia.
Reconocimiento por años de esfuerzo
Cuando cumplió ochenta años, Helen Boer renunció a su último trabajo oficial. Esta fue la razón por la que el pastor Marco Derks y los demás miembros de la junta de la iglesia expresaron su agradecimiento por sus años de dedicación. El premio se mantuvo en estricto secreto. Entonces Helen se sorprendió genuinamente al ver a familiares de más lejos en la iglesia. Esta sorpresa no se aplica a los dos nietos que viven más cerca de casa. Son monaguillos con cierta regularidad. De esta manera, la parroquia continúa construyéndose y la fe continúa creciendo durante este tiempo, en parte gracias a la actitud relajada de su abuela ante la vida y su amorosa lealtad.
Más información: Boletín Informativo