La Capa Magna en la Iglesia Católica
La Capa Magna es una prenda eclesiástica en forma de aparatosa capa con una cola de varios metros de largo y capucha.
Es generalmente utilizada por los prelados en las ceremonias litúrgicas más solemnes, para dirigirse a pontificar o asistir al trono y hasta 1969 también al Coro Papal.
La capa magna hace necesario el uso de un clérigo llamado caudatario, encargado de sostenerla, en presencia de un cardenal.
La Capa Magna está fabricada en lana morada para los obispos y en seda púrpura para los cardenales. Los obispos y cardenales de órdenes regulares usaban una capa de lana del color de la capa del hábito de su orden. Excepcionalente, el uso de la capa magna se concede también a los abades mitrados y rectores de basílicas. Algunos prelados y cabildos de canónigos usan la capa pero generalmente con la cola replegada y enrollada.
El 30 de noviembre de 1952 el motu proprio Valde solliciti del Papa Pío XII, acortó a la mitad la largura de las capas de los cardenales y el decreto de la Santa Congregación de los Ritos del 4 de diciembre siguiente acortó a la mitad también la de los obispos.
El Papa Juan XXIII restableció el largo original de la capa cardenalicia. El forro de armiño quedó suprimido en 1969, quedando solo en uso el modelo estival.
El uso actual de la capa magna es optativo, estableciéndose como vestidura coral y para el acceso al templo en las celebraciones más solemnes.
Recientemente ha sido utilizada por obispos y cardenales en el ámbito de la Santa Misa Tradicional en Latín, como por ejemplo lo han hecho el cardenal primado de España, Antonio Cañizares o el Cardenal Raymond Burke.