Dejad que los niños se acerquen a mí
Dejad que los niños se acerquen a mí. Es un dicho de Jesús. El significado no es porque los niños sean inocentes (algunos son un poco díscolos), sino porque en la época de Jesús los niños no importaban nada.
Había una gran mortalidad infantil, y hasta que no cumplían la edad no se les consideraba nada. Incluso menos que las mujeres.
Yo soy catequista, y por tanto Dios me ha enviado a llevar su mensaje a los niños.
Pero no con el lenguaje adulto, sino con palabras infantiles. Los niños son como la plastilina. Y, la catequista tiene que ser paciente (hay niños muy revoltosos), saber contestar a las preguntas (a Dios gracias soy diplomada en Liturgia)
A los niños, les explico el significado de el color de las vestiduras del cura: el verde, el rosa, el morado, el blanco , el rojo y el azul.
También les explico cómo se llaman las diferentes partes de la vestidura del sacerdote: el alba, la estola, la casulla, el cíngulo (el cordón que va en la cintura).
El verde es esperanza, el morado, dolor, perdón y en funerales. El rosa, en el tercer domingo de Adviento; y el cuarto domingo de Cuaresma El rojo para los días de los mártires El blanco para Adviento y Navidad. El azul solamente los sacerdotes españoles pueden llevarlo el día de la Inmaculada concepción y el día de la Ascensión.
Es divertido porque a los niños les llama la atención los diferentes colores de la Iglesia. Hay sacerdotes que decoran la iglesia con los colores de la estación que se tercie.
Importante es dejar claro que sólo hay una virgen, que es nuestra madre, amorosa, comprensiva. Pero no es una diosa.
Sólo hay un Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Padre es Dios, Hijo es Dios hecho hombre y Espíritu Santo, es el hálito que hace que no tengamos miedo, es esa fuerza que nos hace libres y nos da libertada para extender la palabra de Dios. Nos hace conformarnos con las dificultades que nos vienen y que nos vendrán. Nos hace confiar en Dios y rezar.
Lo que más les llama es la crucifixión de Jesús. Siempre digo que le mataron los malos, porque le tenían envidia y prefirieron soltar a un reo antes que a Jesús.
Lo más importante, les digo, es que resucitó y ahora está el cielo esperando a todos. Los malos y los buenos. Esto de que un malo se vaya al cielo causa un poco de confusión.
Como dijo Santa Teresa, cuando le dijeron que una persona se había tirado desde un puente: Entre el petril y el río estaba Dios. Pues eso: Si en la última hora nos arrepentimos de todos nuestros pecados, la misericordia del Señor hará que no vayamos al infierno. El infierno es la alejaría de Dos
Complicado de entender incluso para los adultos, pero uno lo intenta.
Dejad que los niños se acerquen a mí, le llevará la Palabra de Dios.
Un saludo en Cristo
M. CARMEN HERRANZ GIMENO
Catequista en Valencia de la Iglesia Católica.
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