El robo del cuerpo de San Marcos

San Marcos es el autor de uno de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento. Según la tradición, el apóstol fundó la Iglesia de Alejandría en Egipto, y allí fue martirizado en el año 68 d.C. Por lo tanto, San Marcos es considerado el fundador de la Iglesia Copta y el primer Papa de Alejandría. Sin embargo, siglos después de su muerte, sus restos se convirtieron en el punto central de una saga épica.

El robo de las reliquias de San Marcos de Alejandría es un acontecimiento histórico que data del siglo IX. Según los informes, en 828 d.C.. Dos comerciantes venecianos pasaron de contrabando las reliquias del santo a Venecia, donde fueron recibidos con gran pompa y celebración.

Cuenta la leyenda que los comerciantes lograron esconder los restos de San Marcos dentro de un cargamento de cerdo, ya que fue prohibido por los musulmanes que controlaban Alejandría en ese momento. Los raptors dividieron los restos de San Marcos y los mezclaron con trozos de carne de cerdo, colocándolos en una canasta de trigo y declarándolos como costumbres. Cuenta la leyenda que los contribuyentes musulmanes, al ver el producto, gritaron «¡kanzir, kanzir! ”Es decir, “cerdo, cerdo! «y dejan pasar la carga sin inspeccionar el producto cuidadosamente.

La llegada de las reliquias a Venecia fue un momento crucial en la historia de la ciudad, ya que fortaleció su identidad como centro religioso y cultural. La Basílica de San Marcos fue construida para albergar las reliquias, convirtiéndose en uno de los lugares de peregrinación más importantes de Europa. Sin embargo, el tema de la posesión de las reliquias ha permanecido controvertido durante siglos, con Alejandría reclamando su regreso.

En 1968, después de una serie de negociaciones, se llegó a un acuerdo para devolver las reliquias a la Iglesia Ortodoxa Copta en Alejandría. Las reliquias de San Marcos fueron devueltas a Alejandría en una ceremonia solemne.

Devolución cuerpo San Marcos a Alejandria

En la primera imagen, el cuerpo de San Marcos traído a Venecia, por Jacopo Tintoretto. El artista veneciano retrata la obra de manera alegórica, con todo su cuerpo llegando a la Plaza San Marco traído por un camello. En la segunda imagen, los restos del santo volviendo a Egipto después de ser retenido por los romanos durante un milenio. 

Fuente: Página Orientalidades