Las Piedras del Camino
Dios nos pone un camino de piedrecitas que nos guía por el camino correcto como a Pulgarcito. Como yo soy muy cabezona y no me gusta seguir las normas, me desvié del camino para irme por otras sendas. Pero Dios insistió y yo no le hice ni caso.
Como vio que no le hacía caso, puso en el camino de piedras la vocación al Matrimonio. ¿Qué hace una vasca en Faura, Valencia)? Pues servir y seguir en el Camino.
Al año, el Señor me puso otra piedra grande: Un aborto natural y la esterilidad. Yo temblé mucho en esa piedra grande, pero me ayudó mi marido y nos pusimos en marcha para adoptar.
Cuando adoptamos, el camino de piedras fue más sencillo. Y sin querer, (o por querer Dios) acabé tocando el órgano en Misa.
Más tarde, siguió la catequesis, el consejo pastoral, leer en Misa y hacer lo que se tercie.
El camino que nos da el Señor no es fácil, como la vida no lo es. Los obstáculos y la vida fácil te hacen temblar y pensar que mejor vivir sin Dios.
Pero Dios no puede vivir sin la gente, es inútil zafarse. Incluso con la gran depresión que sufrí, allí estaba el Señor, acogiéndome, consolándome.
El Señor vive a través de las personas: Amigos, conocidos y familia. Esos ayudan a seguir el camino de piedrecitas.
También en este Camino, en cada piedrecita hay una oración, un confío en Ti, un me pongo en tus manos. Porque la Fe es confianza total.
Al final del camino está el Amor y Misericordia del Señor. En este fin de camino solamente, como decía San Juan de la Cruz, al final de la vida, se os examinará del amor.
Por M. CARMEN HERRANZ GIMENO
Catequista en Valencia de la Iglesia Católica.