El Antiguo Hospital de Peregrinos Sancti Spiritus y las Escuelas de Villaviciosa
Viniendo del hermoso paseo de El Ancho por la antigua Plazuela de Solares, donde desde 1945 se encuentra el Teatro Riera (a la derecha de la foto), el Camino de Santiago o «Camino Francés que viene de Bayona», como se decía en documentos históricos, recorre el casco urbano de La Villa, la antigua Pola de Maliayo, capital del concejo de Villaviciosa (Asturias, España), para llegar a la primigenia iglesia parroquial de esta población, fundada con fueros y leyes propios en 1270 por Alfonso X El Sabio, Santa María del Conceyu, en cuyo cabildo se empezó a reunir el conceyu, concejo o asamblea vecinal, precedente del actual Ayuntamiento, a escasos metros de Les Escuelones, las Escuelas Graduadas, (a la izquierda de la foto), fundadas en 1925 sobre el solar del antiguo Hospital Sancti Spiritus, que durante siglos acogió peregrinos y pobres, el cual, tras el declinar de las romerías a Santiago y San Salvador, había pasado, avanzado el siglo XIX, a ser cárcel, por eso se afirma y escribe con orgullo que «en Villaviciosa se cerró una cárcel para abrir una escuela»
Santa María del Conceyu. A la izquierda Les Escuelones, a la derecha el Teatro Riera
Las Escuelas Graduadas de Villaviciosa fueron levantadas en 1925 en el solar del antiguo Hospital de Peregrinos Sancti Spiritu, que había pasado a ser cárcel. Se sabe del hospital que este ya existía en el siglo XV y que empezó siendo patronato del monasterio de Valdediós, cedido luego al vecindario de Villaviciosa, quien se reunía en conceyu en el cabildo de la iglesia para escoger mayordomo y hospitalero
Se registra el paso de peregrinos mayoritariamente extranjeros: franceses, italianos, flamencos y alemanes, ocupándose también de numerosos pobres, por lo que, aún en 1818, cuando habían disminuido notablemente las peregrinaciones, las Constituciones del Santo Hospital dicen:
«Se dará hospitalidad acostumbrada a los peregrinos que transiten a Roma y Santiago de Galicia siempre que por sus pasaportes resulte ir en peregrinación y en esta casa por una noche, con cama y had de leña, y para tal efecto se destinará una habitación separada
En él se establecieron en el siglo XVIII los primeros frailes franciscanos de Villaviciosa antes de trasladarse a su nuevo convento de San Juan de Capistrano. Más adelante, en dicho año de1818, con el declive de las peregrinaciones, se dispone que el hospital (en su primera acepción hospedaje) pase a atender a enfermos de La Villa, naciendo aquí y en otros lugares el significado actual de hospital como centro sanitario. En 1869 hubo un primer intento de incautación por parte del Ayuntamiento que quedó anulado por el Gobernador. Habría de esperarse a 1885 para su municipalización, no sin quejas por el alto coste, siendo destinado a cárcel
Luego ya pasaría aquella lúgubre cárcel a ser otra gran institución villaviciosina de gran relevancia, un centro escolar modélico que sigue plenamente en activo en nuestros días. Fue la sociedad Valle, Ballina y Fernández, propietaria de Sidra El Gaitero, asumió la construcción aquí de las Escuelas Graduadas, decisión comunicada por su gerente Obdulio Fernández al consistorio en febrero de aquel año. De esta manera se cumplía el deseo de contar con un centro de enseñanza similar al de otras villas asturianas y alejar la prisión del centro urbano, instalándola en unas dependencias del desamortizado convento franciscano de Villaviciosa de San Juan de Capistrano. En nuestros días está aquí la Escuela Infantil La Oliva
En 1928 en el libro Villaviciosa y su Progreso, destinado a dar a conocer y ensalzar Villaviciosa con sus pueblos y sus gentes, Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Lorenzo, sus autores, no escatiman en elogios hacia esta fundación y sus patrocinadores:
«Vedle: Es un alarde de arquitectura bella, esbelta y propia; un edificio fuerte, rígido y alegre, cuya presencia promete frutos que han de honrar y ensalzar al pueblo dichoso que en su seno se levanta orgulloso y ansioso de bienestar y de progreso
Bellísimos y artísticos jardines de expansión; vestíbulos alargados que dan paso a la infancia-promesa de una ciudadanía fuerte, valiente y apta.
Los Sres. Valle, Ballina y Fernández, donantes de estas escuelas, no se han conformado con la construcción de tan severo y utilísimo edificio; han hecho más; han adquirido los materiales pedagógicos más modernos, empleados con éxito comprobado en las escuelas europeas de más justo renombre. Aprendieron el principio escolar de que el niño necesita comodidades, alegrías, medios y ellos, amantes sinceros de la infancia, se los han proporcionado; supieron que el Maestro precisa de medios adecuadosd y estos medios se los han proporcionado, dijeron que la Escuela, es un hogar comunal donde el niño ha de ver y disfrutar, donde ha de recoger para la vida modelos de acción, y se los han puesto a la mano y a su disposición; para el aseo, confortables y gustosamente instalados lavabos y salas de baños; para el estudio, amplios salones radiantes de luz y aire; asientos cómodos, pasillos espaciosos, recreos, salas de labor manual, antesalas-roperos; salón de actos… y jardines naturales y cultivables. Es el alarde super del modelo familiar, el recinto-ejemplo de lo que en su día, ha de ser el hogar doméstico
Estos hombres de corazón han regalado a Villaviciosa, no solo el edificio que embellece y honra, sino el taller sagrado de Educación y de enseñanza ¡Loor a ellos, que han sabido practicar la máxima sublime de Cristo»
Una placa recuerda su inauguración el 11 de diciembre de 1927, contándose con la presencia del entonces dictador Miguel Primo de Rivera, alguna de cuyas iniciativas, política y reformas del primer periodo habían incluso tenido el apoyo de partidos de izquierdas, entre ellas, la creación de una buena red de escuelas, de la que este es un ejemplo:
«¡El Grupo Escolar! ¿Qué tiempo fue aquel? Ayer, hace unos días. En su mismo lugar se levantaba achatado, lóbrego y repugnante un caserón triste y viejo, en cuyos ventanales enrejados se veían, como llaga y baldón, caras macilentas y cínicas de seres desgraciados que recluidos y sujetos purgaban dolorosa y tristemente la penitencia de sus pecados sociales, las más de las veces cometidos por su ignorancia o por su barbarie alcohólica; era cárcel de partido, la reclusión vergonzosa de los calabozos miserables que tras el delito, se mostraba atrevida y sucia en el lugar más pintoresco de la ciudad…
Y surgieron unos corazones todo amor y fraternidad, que prontos por su edad gastada en el trabajo y el patriotismo, ven avanzar sin ancianidad, pero que nobles y heroicos amantes de la región y de la patria, quieren legar a su pueblo la ruta de un porvenir dichoso y grande, y con un desprendimiento ejemplar, con una modestia extraordinaria, han destruido esta parte de población que era baldón del pueblo, y en su lugar han levantado un soberbio edificio artístico bello, grandioso, el más amplio y mejor de Villaviciosa, donde los niños recibirán la educación, instrucción y enseñanza, que un día proporcionará una nueva corona de triunfo a este pueblo bello y trabajador
Se cerró una cárcel y se ha abierto una escuela; esperanza suprema de los pueblos dignos: Ahí la tenéis bella y atrayente. Es el templo del porvenir, el horno de donde han de salir los ciudadanos triplemente dignos, aptos, capaces, buenos, valientes, trabajadores y honrados; de ahí saldrán las futuras generaciones que en su día sabrán esculpir en letra de oro su gratitud hacia sus bienhechores Sres. Valle, Ballina y Fernández, que hoy, en plena actividad vital, a más de haber llevado el nombre de nuestro pueblo gloriosamente a todos los lugares del mundo conocido, levantaron este edificio monstruo y para la infancia. ¡Loor a estos hombres todo corazón y grandeza, que con el trabajo han enaltecido una raza!»
El diseño del centro, que por su tamaño será conocido como Les Escuelones, se debe al arquitecto Antonio Suardíaz, quien como parece ser hizo el proyecto desinteresadamente, además de dirigir las obras de este edificio adaptado a las nuevas corrientes pedagógicas imperantes y más avanzadas del momento, como leemos en el Gran Atlas del Principado de Asturias:
«Razones higiénicas y de salubridad están detrás del carácter exento del edificio, que presenta, por lo demás, planta en «U»; el cuerpo central, de planta rectangular y rematado en alzado con un frontón triangular, se retranquea respecto a las alas simétricas adyacentes, también rectangulares. Tiene una altura uniforme de dos plantas y las fachadas cuentan con numerosos ventanales de distinta formulación. Estilísticamente, participa de las tendencias nacional-regionalistas, a la sazón conservadoras; no obstante, se trata de una libre interpretación del estilo montañés»
Pedrayes Obaya, en su muy recomendable obra Villaviciosa de Asturias. Análisis urbano, nos cuenta que Antonio Suardíaz, el arquitecto, había acabado las Escuelas de Fuentes, otro formidable edificio escolar, pocos años antes, en 1923, dirigidas por el Patronato Sierra Valdés, del que era fundadora su esposa:
«… se conseguía así una doble mejora ansiada desde hacía tiempo: la desaparición de la cárcel y la construcción del Grupo Escolar. Esta obra ejemplariza la unión que se dio en nuestra villa entre el naciente Estado de los Equipamientos -impulsado desde el Directorio- y la filantropía «americana», coexistencia base de la brillantez de ese periodo. (…)
Proyectualmente fueron concebidas como elemento autónomo al resto del tejido urbano; el edificio se levanta exento respecto a las alineaciones tradicionales y se retranquea respecto a su acceso principal. Esta condición aislada sigue una de las indicaciones de la «Instrucción Técnico Higiénica» anexa al Real Decreto de Abril de origen de otras instrucciones que trataban de mejorar la situación de los edificios escolares. Su arquitectura está ligada a los criterios introducidos por Antonio Flórez, que pocos años más tarde serán puestas en discusión por los seguidores del movimiento moderno.»
Por su parte, y en lo concerniente a la historia jacobita del lugar en base al desaparecido hospital de peregrinos, ya hemos hablado de sus primeras noticias y avatares, como sus patronos, elección de cargos en el antiguo cabildo de Santa María del Conceyu, y hemos de añadir que, según sus documentos, y a diferencia de otras instituciones hospitalarias en la Asturias de la época esta aparece bien administrada y saneada, con bienes en las parroquias rurales de los alrededores, además de médico y cirujano para atender a los albergados, además del hospitalero, al que ayudaban en su cometido. Según un Auto de Visita de 1764, se sabe por sus libros que el hospitalero de por entonces cobraba seis ducados de salario anual . Disponía de doce lechos en una sala mas cocina con diversos utensilios, tal y como leemos en el libro El Camino de Santiago por Asturias. Topoguía 2. Ruta de la Costa, de varios autores coordinados por la catedrática de historia, especialista en los caminos jacobitas, Mª Josefa Sanz fuertes:
«En el terreno económico, la imagen que se nos ofrece en los referidos libros del hospital es la de un establecimiento bien administrado y económicamente desahogado, muy diferente por lo tanto, de los simples albergues que solían encontrar los compostelanos a lo largo de esta vía costanera. Así para su sostenimiento disponía de diversos bienes rústicos, dispersos por las parroquias colindantes, que le reportaban anualmente sustanciosas rentas en grano y moneda: ingresos a los que hay que añadir las limosnas que recibía de los parroquianos, cuyo monto se destinaba a las obras de reparación y la reposición de la ropa de cama necesaria.
El hospital contaba con doce lechos en una única sala; abundante ropa de cama, tanto usada como nueva; y una cocina en la que había «una sartén nueva de fierro, un arca vieja, un banco viejo sin respaldo», tal y como inventaría en 1764 el mencionado Auto. Aneja a la casa del hospital estaba su capilla, ricamente provista de todo lo necesario para la celebración de los oficios religiosos.
Tenía por norma no admitir «ninguna persona, sino los ientes y vinientes que van de romería a Santiago de Galicia». Y aunque la institución no sería siempre fiel a este principio, pues la relación de los pobres ,locales o foráneos que en ella murieron es muy larga. Los Libros de Difuntos registran, entre 1699 y 1790, el fallecimiento de una veintena de peregrinos; tratándose en su mayoría de extranjeros: franceses, italianos, flamencos y alemanes»
Ya hemos hablado también al principio que, en una fecha tan extraordinariamente tardía como 1818, cuando ya iba acabando el periodo de las peregrinaciones históricas (que duraba con altibajos desde la Edad Media) y los hospitales, entendidos como alojamientos para pobres y peregrinos iban desapareciendo en favor de otras instituciones, se decide escribir unas Constituciones a modo de reglamento, con preámbulo y 29 puntos numerosos puntos, recogidos por el cronista Ramón Rivero y publicados en la revista Cubera nº 7 (abril 1986) con el título Villaviciosa los pobres y los peregrinos que quien lo desee puede consultar
Y esta es a grandes rasgos la historia de dos grandes instituciones villaviciosinas, Les Escuelones o Escuelas Graduadas y su antecesor el Hospital Sancti Spiritus, con no pocas curiosidades y anécdotas, como es común en este tipo de fundaciones que han marcado el devenir de todo un pueblo…
XURDE MORÁN, Comunicador
Gestor Cultural especialista en la Espiritualidad del Camino de Santiago