Esoterismo Cristiano y Cristianismo Esotérico
No existe un Cristianismo esotérico, pero sí que podemos hablar de esoterismo cristiano, terminología que puede parecernos sinónima, como si estuviéramos diciendo poco más o menos la misma cosa pero cuyo significado es absolutamente distinto.
Cuentan, que un emperador chino de la dinastía Ming, preocupado por devolver al Imperio el esplendor perdido, pidió a un sabio, qué era lo que había que hacer para recuperarlo. El sabio le contestó, que lo que había que hacer era devolver a las palabras su auténtico valor y significado.
Sucede lo mismo con la significación del título del presente escrito que, pareciendo decir lo mismo oculta -o disimula- intenciones distintas.
En determinados ámbitos relacionados con la iniciación cristiana, suele hablarse de “cristianismo esotérico” o “cristianismo trascendente”, para referirse a una tendencia que se aparta del cristianismo, tal como los cristianos entendemos y puede desprenderse del Credo por todos conocido o del catecismo cristiano.
¿Por qué no existe lo que significa: “cristianismo esotérico” o “cristianismo trascendente”? Porque caso de aceptar tal significado, querría decir que, cuando Cristo, Hijo de Dios y segunda Persona de la Trinidad, vino a los hombres y se hizo carne Revelándose a la humanidad, habría establecido su Revelación, ocultando una parte de la misma a unos pocos, lo que haría que la Salvación por Él revelada no se extendería a todos, sino tan solo a los poseedores de las claves de ese “cristianismo esotérico” o “cristianismo trascendente” [disculpas por la repetición reiterada pero necesaria].
“Nadie enciende una lámpara y la pone en sitio oculto, ni bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que los que entren vean el resplandor.” (Lc XI, 33)
El cristianismo no precisa de adjetivos que lo definan. Caso de precisar de ellos, es que no estamos hablando de cristianismo, sino de otra cosa que, pudiéndose parecérsele o teniendo “aires de”, en realidad no lo es.
Por lo general, quienes hacen uso de dicha terminología, acostumbran a hablarnos de un cristianismo en ciernes, todavía no formado, pre-cristianismo podría decírsele, que se cuestionaba lo que era; anterior al primer concilio de Nicea y los otros tres Concilios ecuménicos (Constantinopla, Éfeso y Calcedonia) que junto al primero, acordaron y dieron forma a lo que hoy nos cabe entender por cristianismo, destacando que nos estamos refiriendo a los cuatro primeros Concilios anteriores a la partición de la Iglesia entre Oriente y Occidente, y en lo que por tanto convergen e implican a Católico-romanos, Ortodoxos, Anglicanos y la mayoría de Reformados.
Por si fuera poco, los tenientes de tales teorías, profesando ese cristianismo antes de toda norma, sostienen que su cristianismo es el auténtico (quizá por el mero hecho de ser más antiguo lo que le daría patente de credibilidad y autenticidad), ignorando y despreciando la Historia de la Iglesia, esos cuatro Concilios a que nos referíamos y el pensamiento de los Padres que denunciaron lo que a partir de entonces quedaron como desviaciones, consensuadamente superadas.
Argucias del Gran embustero [el Maligno] que anda buscando siempre la puerta de al lado, y hacernos creer que es la Puerta principal.
“El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador […]” (Jn X, 1)
Existe pues un esoterismo cristiano que, sin ocultar nada a nadie, se revela a través del estudio y reflexión de lo que conocemos como Lectio Divina, como por ejemplo, la lectura y reflexión de los Evangelios sinópticos y textos de los citados Padres de la Iglesia.
Hno. Ramón MARTÍ BLANCO
Gran Prior Emérito del Gran Priorato de Hispania
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